El joven cobrador me miro extrañado y simplemente me ignoró, por otro lado el extraño que iba sentado a mi lado curvó sus labios en una pequeña sonrisa y sus brillantes ojos verdes sonrieron también y me contagió la sonrisa.
-¿De verdad existe ese paradero? – Me preguntó curioso – Creo que nunca me he bajado en el – siguió hablando.
- no lo sé – respondí - Siempre me he bajado en Dante o Santa rosa, pero esta vez me gustaría, bajar en el amor y que el llegue como un torbellino y me atrape ¿Crees que estoy loca verdad? – y me empecé a reír como si eso no aumentara mi señal de “enferma mental detected”
-Pues sí , eres algo así como una loca romántica
-Gracias… creo.
Luego de la pequeña charla, el silencio nos atrapó y el bus siguió andando hasta que llegó a Dante y no tuve otra opción más que bajarme a aquel simple y normal paradero… no había ningún amor en mi vida, lamentablemente…
Caminé hacia casa reprochándome el no haberme volteado para despedirme de aquel risueño chico, cuando sentí que alguien me toca el hombro.
Voltee y sus hermosos ojos volvieron a sonreírme.
- ¿No te acuerdas de mí verdad? Eres Cora, estudiamos juntos en la primaria del 7012, yo usaba lentes y me decían fantasmita – El no tan extraño chico habló tan rápido que casi no entendí hasta que un engranaje hizo clic en mi cabeza.
- ¿Carlitos? – llegué a decir.
- ¿En serio no me reconociste? Creí que decías todo eso del amor porque te acordabas de mí y querías recordarme el cómo me choteaste delante de todos nuestros compañeros
- ¿Yo? Este… no - ¡Woww, si que el tiempo le había hecho justicia!
- Descuida ya lo superé
- ¿En serio? – podía mi mente estar tan en la luna como ahora.
- La verdad no. Sigues siendo tan hermosa como te recordaba, y loca, loca también. Por cierto como se llama este paradero.
- Dante – alcancé a decir.
- Estás tan impresionada que parece como si un torbellino estuviera a punto de atraparte ¿No será este paradero “el amor”?
Pamela Reátegui
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